Vamos recibiendo a la etapa más calurosa del año y la hidratación es fundamental. Esto es aún más importante para quienes realizan deportes, por eso es fundamental saber cuánta agua deben beber los pequeños deportistas del hogar.
Mantener una buena hidratación es un aspecto clave en la práctica deportiva, sin embargo, en el caso de los niños existen factores que influyen aún más, por ejemplo: hay que tener en cuenta las condiciones fisiológicas, el tipo de deporte y entrenamiento que realizan, incluso el momento y los periodos de competencia; explica Laura Esquius, profesora universitaria de Alimentación en la Actividad Física y el Deporte de UOC.
Durante los entrenamientos los músculos se contraen, la temperatura corporal aumenta y se produce la sudoración como método regulador. La transpiración que el cuerpo suelta está compuesta mayormente por agua y sales minerales. Es por esto que hidratarse es tan importante: el cuerpo necesita recuperar esos líquidos.
En épocas de mucho calor y sin importar la actividad deportiva, el cuerpo pierde mucho líquido corporal mediante la transpiración y se puede producir una deshidratación. Y esto puede suceder no importando que el deporte sea de corta o larga duración, alta o de baja intensidad.
Cuando el deportista no bebe suficientes líquidos puede experimentar diferentes tipos de síntomas, entre ellos: el rendimiento deportivo disminuye, aumenta la fatiga, el riesgo de lesiones; además hay irritabilidad o confusión, mareos o aturdimiento, aceleración del pulso cardiaco, apatía, ojos hundidos e incluso inconsciencia o delirio.
¿Cuándo y cuánto líquido deben beber?
Tanto en los entrenamientos como en la competencia, los menores deben hidratarse antes, durante y después, tampoco hay que esperar a que ellos sientan sed.
- Antes de entrenar: 4 horas antes de las actividades debe beber agua y/o alimentos ricos en agua, es decir, frutas y verduras.
-Entrada en calor: Previo al calentamiento, entre 20 a 30 minutos antes, debe beber entre 300 y 400 ml de agua.
-Durante el ejercicio: Lo ideal es que beba entre 400 a 800 ml
-Al finalizar: Debe continuar la hidratación, no solo a través del agua, sino también de los alimentos.
No es aconsejable que consuman bebidas isotónicas -si bien son populares entre los deportistas- los niños y adolescentes pierden menos minerales en la sudoración que los adultos, por eso es mejor que ingieran agua, frutas y verduras para reponer el gasto.
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