Los productos que utilizamos para el cuidado de la piel pueden sobrepasar el límite de nuestra resistencia cutánea y provocar la aparición de granitos, enrojecimiento y un exceso de brillo facial.
A esta afección cutánea se la conoce como skin flood o piel inundada y es el resultado de la sobreexposición a principios activos que poseen ciertos productos utilizados en las rutinas de belleza. La consecuencia es la ineficacia de los ingredientes y la manifestación de alteraciones dermatológicas en nuestro organismo.
Y es que algunas sustancias en lugar de corregir las afecciones, exceden la resistencia de la epidermis, es decir, que sobresaturan la salud cutánea exponiéndola a ciertos síntomas de alertas, como el enrojecimiento, la descamación, el acné o un notable aspecto grasoso en la cara.
Sin embargo, esto no significa que las sustancias de los productos sean dañinas, sino más bien que la piel es más sensible frente a algunas composiciones fuertes. Por eso, tener cuidado con las dosis de los activos cosméticos y conocer las fórmulas aplicadas sobre el rostro son puntos indispensables para minimizar el riesgo de la piel inundada.
Para prevenir la aparición del skin flood es necesario cumplir como se debe con la limpieza profunda, exfoliación y humectación. Estos pasos en las rutinas de cuidado de la piel son claves para un aspecto facial saludable.
Formas de combatir el skin flood
La inundación cutánea está vinculada a la sobreabundancia de nutrientes y óleos, por eso este efecto dermatológico comprende dos clasificaciones: irritativa y saturada. En la primera se origina por el uso de exfoliantes con hidroxiácidos alfa o beta que alteran el pH y la barrera cutánea.
En cuanto a la inundación por saturación, sucede más bien en la piel con tendencia al acné que al recibir una sobrehidratación, produce poros colmados de grasa. De esta manera también se incrementan el peligro de atraer bacterias y generar brotes.
Al detectar reacciones cutáneas por un producto, los especialistas recomiendan suspender su uso y consultar con un dermatólogo para mejor indicación. Además, las siguientes mascarillas sirven de ayuda para el alivio de esta afección.
- Aloe vera. funciona como emoliente, antiinflamatorio y cicatrizante. Esta planta medicinal es eficaz en casos de eccemas secos, irritaciones, acné y otras alteraciones cutáneas.
- Árbol de té. Si el diagnóstico es acné leve es probable que el árbol de té colabore en la recuperación. Una investigación sobre la planta afirma que las preparaciones con un 10% de su aceite esencial son eficientes ante las infecciones, forunculosis, dermatitis y acné.
- Centella asiática. Esta hierba desinflama, combate el estrés oxidativo e interviene en la mejora cutánea. También es eficaz cicatrizando, sanando quemaduras y aumentando la síntesis de colágeno.
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