El límite en un vínculo, ya sea romántico, familiar o de amistad, ayuda a crear relaciones saludables y permite priorizar nuestra salud mental y bienestar. Te contamos cómo ponerlo en práctica.
Hay diferentes tipos de límites, como los psicológicos, emocionales, físicos o sexuales, establecerlos en las relaciones personales resulta bastante saludable para un respeto mutuo, además ayuda a saber qué se espera de la relación y evita que se invada el espacio de la otra persona y sus niveles de comodidad.
También permite priorizar la salud mental y el bienestar, evitando la codependencia que ocurre a menudo en relaciones con intimidad emocional, lo que dificulta trazar la línea antes de que se formen hábitos poco saludables que rompen los límites. Y es que al expresarlos puede ayudar a comprender que todos tenemos nuestra propia vida y necesidades personales.
De hecho, establecer límites ayuda a evitar caer en chantajes y manipulaciones, hace comunicar nuestras ideas, pensamientos y emociones adecuadamente y gestionar los de la otra parte de forma asertiva. A su vez, favorece la autoestima, la sociabilidad y la espontaneidad, reduce el estrés y la frustración.
Los límites requieren claridad y honestidad para mantenerlos. Pedir lo que necesitas y deseas no tiene por qué ser doloroso, y la recompensa deber ser una relación más sana y sostenible conforme pasa el tiempo. Esto a su vez ayuda a que el vínculo sea más auténtico y transparente.
¿Cómo establecer límites saludables?
1. Pregúntate qué límites quieres establecer. Debes comunicar tus límites claramente, así que asegúrate de saber lo que quieres para poder expresarlos de manera asertiva. Establece tus límites con intenciones y especifica qué tipo son para que la otra persona esté en completo conocimiento.
2. Los límites deben ponerse por amor y respeto. Debemos eliminar la idea de que establecer límites significa ser egoístas. Por el contrario, es una acción que nace de la necesidad y el deseo de mantener esa relación lo más sana posible. Cuando establecemos ciertos límites personales, debemos tener en mente que lo que estamos haciendo es ayudar a que la relación se mantenga equilibrada y saludable. Es un acto de amor y respeto hacia uno mismo, la otra persona y la relación en sí.
3. Respeta los límites de otros. Así como deseas que las personas en tu vida respeten tus límites personales, debes hacerlo por los demás para demostrar tu interés en su bienestar.
4. No esperes para establecer tus límites. Cuanto más dura una relación sin límites claramente demarcados, más difícil puede ser abordar por qué los necesitas. Establece los límites cuanto antes para evitar más problemas en la relación.
5. Sé específica y directa. Mientras más claro sean nuestros límites, mejor entendidos y más respetados serán. Es importante que podamos decir, además de lo que queremos y necesitamos, lo que nos incomoda y no nos gusta.
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