Así como está comprobado que caminar descalzo en la tierra tiene sus beneficios, abrazar árboles también tiene sus bondades. Esta práctica se llama arboterapia y puede ayudar a reducir dolores, la presión arterial, el estrés, el insomnio, entre otras molestias.
También conocida como silvoterapia, podemos entenderla mejor si tomamos de ejemplo a los koalas. Cuando hace mucho calor estos animalitos abrazan y se aferran completamente de los árboles de eucalipto. Este hábito que ellos tienen no lo hacen por casualidad, sino porque los árboles les ayudan a controlar la temperatura corporal cuando hace mucho calor y así evitan la deshidratación.
La arboterapia no se trata solo de abrazar árboles para sentirnos mejor, sino que es una rama más dentro de un tipo de terapia que se emplea hace siglos, pero que se oficializó recién en 1927: la balneoterapia. Esta práctica fomenta la costumbre de frecuentar bosques y lugares naturales para la cura y prevención de enfermedades a través de la naturaleza.
Caminar o reposar entre los árboles, así como abrazarlos tiene muchos beneficios para las personas que sufren de asma bronquial, bronquitis crónica, hipertensión, nerviosismo e insomnio, incluso es sumamente beneficioso para los niños.
Cuando los menores interactúan con la naturaleza muestran mejoras en la salud y bienestar, alcanzan una mejor función cognitiva y emocional en entornos verdes, además, los árboles tienen efectos beneficiosos sobre las afecciones mentales, los trastornos de déficit de atención e hiperactividad. También la depresión, los dolores de cabeza y los tiempos de reacción mejoran, según los estudios que Matthew Silverstone cita en su libro “Blinded by Science”.
La arboterapia afirma que el aire natural de los bosques es beneficioso porque contiene grandes cantidades de iones negativos de oxígeno que estimulan y armonizan los procesos vitales, la psiquis y el estado emocional. Esta se denominan “vitaminas del aire” y en presencia de estos iones el sistema inmune se refuerza, la circulación se activa y los procesos de recuperación se estimulan aún más.
También sostiene que abrazar una especie de árbol en particular tiene sus propios beneficios, por ejemplo: si abrazamos y nos relajamos sobre un arce, este estaría aliviando nuestros dolores, en el causo del sauce ayudaría a regular la presión arterial y fortalecer el tracto urinario. El olmo es bueno para los procesos digestivos, mientras que abeto favorece la curación de fracturas y alivia la inflamación, incluso el pino es considerado un árbol inmortal en la medicina china y posee grandes dones curativos.
Origen de esta terapia
Aunque fue reconocida hace menos de 100 años, esta terapia está basada en prácticas y creencias antiguas, presentes en el mundo Celta. Ellos les atribuían funciones mágicas y religiosas a la naturaleza, con las que tenían una gran conexión espiritual.
Por otro lado, Galeno aconsejaba a sus pacientes pasar más tiempo en los bosques de laurel, Paulino recomendaba a los enfermos de epilepsia dormir a la sombra de los tilos, mientras que Plinio el Viejo prohibía acostarse bajo la sombra del nogal, ya que producía dolores de cabeza.
La naturaleza es sabia, nos provee de todo lo que necesitamos, por eso, escapar debes en cuando a lugares naturales para abrazar a los árboles por algunos minutos y desconectar del mundo, parece una buena alternativa para mejorar nuestro estado emocional.
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